¡Otro de mis amores a primera vista! Su pequeño y divertido diseño no hace más que hacer ojitos a quien lo ve. Aunque el exterior es sencillo y austero, tiene un ‘look’ que no pasa desapercibido, no por nada es uno de los convertibles más vendidos de todos los tiempos.
Y aunque la historia no se repite tal cual, si rima, y este auto petite es prueba de ello ya que desde su creación hasta el modelo actual han sido pocos los cambios por los que ha atravesado. Es minimalista pero provee una verdadera experiencia de manejo visceral contraria a lo que ocurre con los autos modernos.
No es ‘musculoso’ como otros convertibles, es todo lo contrario, un auto extremadamente ligero y entusiasta por lo que es fácil de maniobrar. En cuanto al motor, hace lo que esperas de él: acelera con muchas ganas. Cuenta con tracción trasera y seis velocidades para una experiencia de manejo completa y única. Hay que agregar que la suspensión deportiva de la versión ‘Club’ es muy dinámica.
Los controles están al alcance de la mano y no se necesita leer un manual de cientos de páginas para entenderlos; el ‘layout’ es muy ordenado. Hay que destacar la palanca de cambios que esta convenientemente situada y es sumamente responsiva. El tablero de color de esta versión le da el toque de diseño que lo hace verse más deportivo y a la vez ‘fashion.’
Los asientos son cómodos y su posición brinda una visibilidad excelente. Por supuesto, no podíamos dejar de lado uno de sus rasgos más característicos y obvios: el techo descapotable, que es uno de los más silenciosos y fáciles de utilizar.
Además, este pequeño tiene una excelente reputación por lo fiable que ha demostrado ser desde que salió al mercado hace ya más de dos décadas. Es un modelo que se ha puesto mejor con los años sin perder su esencia ni pasar por mucha cirugía plástica.
¡Veloz, sencillo, deportivo, maduro; que más se puede pedir!
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